lunes, 27 de febrero de 2012

La actuación del árbitro merma el senior que solo puede rascar un empate

Vibrante encuentro el disputado en el día de resaca carnavalesca entre Los Algarbes y el Avejoe de Adamuz. El choque comenzó marcado por un impreciso juego de ambos conjuntos. Los Algarbes trataban de llegar a la portería de José por medio de balones largos a Óscar, mientras que los adamuceños intentaban asustar a Puchi con internadas por banda derecha. Sin embargo, ningún equipo conseguía su propósito. Pasaban los minutos y el conjunto dirigido por Pedro Cuadrado parecía hacerse dueño del balón, pero, cosas del fútbol, sería en estos minutos cuando Los Algarbes disfrutarían de dos ocasiones claras en botas de Recortes, las cuales, tras una serie de rechaces, acabarían con el 1-0 obra de éste jugador amarillo. El gol fue muy protestado por el bando adamuceño que pidió insistentemente posición ilegal de Recortes en el gol. El colegiado, muy poco acertado a lo largo de todo el encuentro, no se percató de tal situación y concedió el gol. El gol afectó demasiado al conjunto visitante, que vio como a pesar de su dominio iba por detrás en el marcador. Así, Óscar, a los cinco minutos del 1-0, aprovechaba el desconcierto adamuceño para, en una impresionante cabalgada al contraataque, poner el 2-0 para el conjunto de Nuñez. De este modo, se llegaba al descanso con un 2-0 rotundo en el marcador.
Tras el descanso, los adamuceños parecían haber salido espoleados por su técnico de la caseta. No en vano, sería Pedrito quien acortase diferencia cuando apenas se llevaban disputados cinco minutos del segundo tiempo; pudiendo, acto seguido, en una jugada muy similar poner este mismo jugador el 2-2 en el marcador, pero su disparo se iría alto. Sin embargo, el empate si que llegaría a falta de veinticinco minutos para el final, siendo su autor Zarco desde los once metros. La pena máxima fue muy protestada por los locales, pues eran de la opinión de que la mano del defensor era involuntaria; sin embargo, el colegiado ya había alimentado aún más la polémica al expulsar al entrenador visitante por unas protestas a primera vista muy livianas y formales; y al sacar fuera del área una falta sobre Amador Galán cometida prácticamente al borde del área pequeña de Puchi; unido, a una tarjeta amarilla a Montao, de los Algarbes, por una falta inexistente; como podemos observar muy completa la actuación de José María Romero Campos, colegiado del encuentro. Cerrado el paréntesis arbitral, en los últimos minutos ambos conjuntos tuvieron opciones para llevarse el partido. Los Algarbes disfrutaron de dos claras ocasiones que acabaron en el larguero, la primera un disparo magistral desde treinta y cinco metros de Zafra que se estampa en la cruceta y otra con una vaselina que se va al larguero de José. Los de Pedro Cuadrado, por su parte pudieron llevarse los tres puntos en una clara ocasión de Angelillo que no acertó con las mallas cuando se quedó mano a mano con Puchi. Al final, reparto de puntos que deja un sabor agridulce para ambos conjuntos y otro factor común, un descontento con el colegiado del encuentro.
Así, es conveniente hacer una reseña en esta crónica, a la actuación del ya mencionado Romero Campos, en la tarde de ayer. Actuación que acabó con una larguísima lista de amonestados para el conjunto visitante, y con su técnico expulsado; un penalti sacado fuera del área que el propio linier reconoció haber visto como pena máxima y sobre todo, un descontento generalizado con la actitud prepotente y pasota del trencilla respecto de los jugadores. Sin ánimo de achacar el resultado al colegiado, pues ambos equipos se fueron descontentos con él; más aún los adamuceños; el objeto de estas líneas no es otro si no el de hacer ver que, a pesar de tratarse de la última categoría del fútbol nacional, este tipo de arbitrajes no se pueden consentir. Es mucho el esfuerzo, tanto personal como económico, de clubes, jugadores, familiares y aficionados, como para que un colegiado poco preparado en cuanto a sus aptitudes; y poco deportista (los colegiados también lo son) a tenor de su actitud; sea quien deba regir en un encuentro de fútbol, terminando los mismo con disputas y enfados por culpa de una mala conducción. Debería, la Federación tomar nota de este tipo de quejas, y tomar en consideración el hecho de que, en tiempos como los que vivimos, el desembolso en concepto de árbitros por parte de los clubes es alto, como para recibir un "servicio" tan paupérrimo como el que ayer concedió Romero Campos en Los Algarbes.

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